El punto de partida del ciclismo en pista está en el año 1816 cuando un inventor alemán creó un artilugio de madera, parecido a una bicicleta, sin pedales y con una rueda delantera de acero. El auge de este aparato no fue poco. El diseño de ese artilugio fue cogiendo forma con los años (se le añadieron pedales y una cadena en la rueda trasera) hasta que salió la bicicleta.
Así, el primer campeonato del mundo fue en Aylestone Roads en Leicester, Gran Bretaña, en 1883 y el ganador fue Frederic de Civry. La popularidad y apego del ciclismo en pista ha hecho que desde 1896 estuviera presente en los Juegos Olímpicos. Solo en los Juegos Olímpicos de Estocolmo el año 1912 no estuvo considerado como deporte.
Hay varios tipos de pruebas de ciclismo en pista: 200 metros lanzados, kilómetro contrarreloj o sprint, persecución individual o por equipos, carrera por puntos, keirin (prueba en la que los corredores disputan un sprint tras haber realizado un número determinado de vueltas antes), scratch (los ciclistas que participan en esta prueba conocen el número de vueltas que se realizan), entre otros.